Él no nació como los demás, él se creó del Big Bang, producido por su primera patada voladora.
Siendo un niño fue capaz de contar hasta el infinito… dos veces. En los exámenes de matemáticas, él escribía como respuesta a todas las preguntas con: “Violencia“. Obteniendo siempre un 10, ya que para Chuck la violencia es la solución a todos los problemas.
En su tierna adolescencia hizo un viaje al Cuadrado de las Bermudas, que tras darle una patada a una de las esquinas convirtió en triángulo. En 1962 “el Chuck” se convirtió en la medida del sistema internacional del dolor y en 1970 una de las tres causas principales de muertes en el mundo.
Su fruta preferida es la piña (la parte de fuera) y su manjar favorito una buena olla de fabes con almejas y unas botellas de sidra antes de dormir.
Como al Fary, no le gusta el hombre blandengue. Los hombres blandengues son el blanco de su ira… y los no blandengues también.
Murió hace unos años pero la muerte no ha tenido aún valor para decírselo… Sí amigos, estamos hablando del Gran Chuck Norris, porque hoy es su cumpleaños, cumple miles de millones de años, aunque se conserva mejor que Jordi Hurtado.Así que aquí estamos, honrándole con este post, hablando un poco del mito que se ha convertido y presentando un nuevo producto friki: los llaveros sello de aprobación, hechos en resina roja, imitación a los sellos de lacre. Lo mismo ya no volvemos a escribir en el blog porque a Chuck no le ha hecho ni p*ta gracia la bromita y nos envia a revisar la capa de ozono.

Para terminar os dejamos con una dulce historia del tito Chuck– podéis leer más en la frikipedia-:
“Chuck Norris vendió su alma al diablo a cambio de su rudo buen aspecto y su inigualable destreza en las artes marciales. Poco después de finalizar la transacción, Chuck dio una patada giratoria al Diablo en la cara y recuperó su alma. El Diablo, que aprecia la ironía, no pudo enfadarse con él, y admitió que debía haberla visto venir. Ahora juegan al póquer el segundo miércoles de cada mes.”
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