Hoy os hablamos de este simpático animal, mezcla de llama, oveja y avestruz. Es mirar una alpaquita y quererla.
Las alpacas son mamíferos originarios del continente sudamericano, aunque también las podréis encontrar en otros sitios como en Nueva Zelanda o en zoos. Hay cuatro colores a elegir: blanco, gris, marrón y negro. Esto puede dar lugar a confusión, pantes de adquirir una alpaca hay que darles un manguerazo, porque a veces el grado de zurraspas hace parecer que una alpaca de blanco inmaculado tenga un color más oscuro y marroncete.
Jim Waters, nuestro especialista en animales fetenes, nos comenta cómo son las alpacas.
“De pelaje mullido, casi ovejil, las alpacas son primas hermanas de las llamas, pero tienen menos mala ostia. Como las llamas escupen, pero lo hacen con menos frecuencia, ellas son más dadas a pestañear coquetamente. Poseen una carita tan graciosa como la de las avestruces, por esos ojillos con sus pestañuelas. A pesar de ser amables, los seres humanos las puteamos: las esquilamos y usamos su lana para paños, alfombras, ponchos, etc, pero esto al fin y al cabo no les molesta demasiado, porque se quedan bien fresquitas para el verano, pero lo de cortarles el pelaje en plan caniche XXL, eso no tiene nombre, por no hablar del tipo que quiere hacer surfear a una alpaca… ¿no sabe que va contra natura? Lo que se les da bien a las alpacas es hacer skate”

Nos despedimos con esta triste imagen: la pobre alpaca, que sólo se levanta de la tabla para tirarse al agua porque se ve cerca de la orilla, no sabemos cuanto tiempo aguantará y seguirá haciendo lo mismo, porque lo mismo se suicida la pobre tirándose mar adentro. Qué penica más grande…
¡Justicia y tranquilidad para las alpacas ya!