Sobrevivir en San Valentín

Amiguitos, quién no tiene pareja en San Valentín es un pringao’. ¿Ha sonado demasiado duro? Puede, perdón. Quién no tiene pareja en San Valentín es un desgraciao’ [lo siento, no lo sé hacer mejor].

Ésta ha sido la creencia toda la vida de Dios, la de que no celebrar San Valentín de manera romántica era ser lo más arrastrado del estrato social pero, en este blog cual ventana al mundo, os traemos un muestrario de propuestas que echan por tierra esa creencia, por lo menos de cara a la galería, que es lo que cuenta. Si no os acaban de motivar las posturas sexuales aconsejadas en la Glamour o los timitos de cómo haceros los machitos en la GQ, demostráis cierta inteligencia que se os recompensará con cierta sabiduría [la justa] en estas líneas.

Con años de retraso [como con casi todo] una se va dando cuenta de que lo más inteligente para ciertas fechas es, simplemente, sobrevivirlas. Quizá por ello, muchos otros ciudadanos del mundo, como los mexicanos, aprovechen el 14 de febrero para conmemorar la amistad y no sólo el amor romántico. Tenemos salvación. Si se os queda pequeño agasajar a vuestros amigos por precisamente serlo, no vamos a juzgaros, solo aportaros más recomendaciones.

Podemos darle la vuelta a los tópicos, no para dejarlos de lado y respetar la elección de cada cual sino para crear unos nuevos. Así, si sois un grupo de varones, el 14 de febrero podéis juntaros en torno a una mega tele y en vez de disfrutar de un partidito o de una peli de machotes, enchufaros una comedia romántica o un dramón. Meg Ryan y Tom Hanks en la búsqueda mutua y en la conjunta del amor, at the same time, en plena terraza del Empire State embutido en un corazón. ¡Eso es un planazo, oigan!

O compartir unas litronas mientras veis Los Puentes de Madison, como haría un buen Macho Español, según Agustín Jiménez en aquel monólogo. Uno empieza con un: “No la he visto pero sale Clint Eastwood” y acaba en un: “¡Qué historias, se quieren mogollón, tío!” casi sin saber bien cómo. La excusa perfecta para que estrechéis lazos, aunque sigáis dándoos abrazos solo con la mitad superior del cuerpo, you know. Si os va más el rollo estándar, siempre os queda babear a una con una peli de la Johansson o matar zombies. Lo que yo decía: ¡un mundo de posibilidades!

Pero, no os apuréis, las tías no lo tenéis todo perdido, tampoco, si estáis solteras y no queréis encerraros en un búnker ese día. Podéis montaros un revival con lo mejor de Schwarzenneger [en formato película, aclaro]. Comando o cómo un día tranquilo de solecito y casa en el campo se le va de las manos a un padre soltero y acaba con la cara pintada enfrentándose al Señor de la Guerra [de una cualquiera, vaya].

Otra opción jugosa es recuperar otro clásico ochentero, Perseguido, en el que unos pringados intentan salvar la vida en un programa televisivo cuyo único objetivo es ejecutarlos. No, no vuelve Gran Hermano, de verdad se llama Perseguido. Una peli con un componente nostálgico para esta juntaletras ya que su visionado provocó largar el primer “hijo de puta”, con apenas 4 añitos, y la consiguiente bronca.

¡Qué entrañable todo! ¿Que no queréis un baño de sangre por alguien que ni siquiera conocéis? Os queda hacer vudú al resto de amigas que no pudieron unirse, cocinar cupcakes, organizar una fiesta de exaltación de tíos buenos con pelis de Superhéroes, macizorros y gintonics por doquier.

Si, aún así, buscáis sobrevivir al día 14 de febrero de otra forma, quizá menos sexista, tanto unos y otras podéis juntaros, iros de cañas, echaros unas risas, visitar unos recreativos con karaoke chungo, reiros de vuestras desgracias o de la suerte que tenéis [según] y festejar, simplemente, sobrevivir a un día más. Y, como en todo, la auto-negación ayuda.

¡Feliz San Valentín!